El reparto calórico en las diferentes comidas se verá condicionado por el estilo de vida que cada persona lleve. Cada persona escoge los mejores horarios posibles con base a su disponibilidad, aunque siempre debemos encontrar recursos para poder respetar las siguientes premisas:

• Realizar 3 comidas principales y 2 o 3 pequeñas.

• Establecer un máximo de 3-4 horas entre cada comida.

• Que nunca aparezca la sensación extrema de hambre.

• Procurar que siempre en cada comida se consuma una buena fuente de proteina (carne, pollo, pescado, huevo) y carbohidrato complejo pero este solo hasta cierta hora del dÍa dependiendo del objetivo físico que se tenga.

La distribución adecuada de estas 5 o 6 comidas a lo largo del día debería ser de la siguiente manera: la comida con mayor aporte calórico será en el desayuno y la más ligera en la cena, antes de acostarse. Esto tiene su fundamento en que al levantarnos, después de las horas de sueño, el cuerpo se encuentra en su mejor momento para cortar el ayuno y digerir, absorber y utilizar una cantidad máxima de nutrientes y calorías necesarias para el gasto energético y desarrollo muscular.

Según avanza el día, la producción corporal de enzimas y hormonas así como el metabolismo, tienden a ser más lentos. Por otra parte, si realizamos una comida "pesada" antes de acostarnos, no utilizaremos la mayor parte de los alimentos, los cuales pasan a formar parte del tejido adiposo de reserva aumentando así la grasa corporal.

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